jueves, 4 de diciembre de 2014

Estos pilares de piedra caliza emergen del Océano Antártico en el Parque Nacional de Port Campbell como centinelas nobles, de facciones bien marcadas del mundo antiguo. En su día, hace 20 millones de años, estaban unidos a los acantilados de la zona continental. Las olas y el viento los erosionaron y los convirtieron en cavernas, después en arcos y finalmente, los azotaron hasta transformarlos en columnas que se elevan hasta los 45 metros de altura.
Los elementos implacables continúan erosionando los riscos a un promedio de aproximadamente dos centímetros por año. En la actualidad solo quedan ocho riscos y algunos han dejado de luchar contra la naturaleza hace pocos años. El London Arch formó parte de un puente de doble arco hasta 1990 cuando el arco más cercano a la costa se desmoronó y dejó atónitos y en apuros a dos turistas. Otro Apóstol de 50 metros de altura se cayó en el año 2005.
En los días más calmos, puede ver las formas de los Doce Apóstoles, desde siluetas premonitorias a la sombra hasta gloriosos monumentos color arena bajo el sol. Capture vistas que le conmoverán el alma al amanecer y al atardecer o hágase una idea de la magnitud épica de este lugar desde la amplia playa que se encuentra debajo. Recorra Las Escaleras de Gibson, 70 metros hacia abajo por el acantilado hasta toparse con la arena, donde, literalmente, se sentirá muy pequeño ante el gigantesco risco de roca.Los elementos han ido desgastando los inmensos pilares durante millones de años, pero solo les llevará unos minutos erosionar sus pequeños objetos.

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